La experiencia de una de las muchas enfermeras que lucha contra el Covid-19

Las enfermeras y los enfermeros de todo el mundo se pusieron en la trinchera de lucha. Sí, una batalla contra una enfermedad que, hasta la fecha, se desconoce mucho sobre su naturaleza y su cura. Al pronunciar el nombre Covid-19, nombre asignado a este virus, cualquier persona –en cualquier parte del mundo– sabe a lo que nos referimos, sin duda, el causante de la gran pandemia del siglo XXI que ha aislado a la humanidad. No obstante, con el paso de estos meses han surgido los héroes que han ofrecido, incluso, su vida en los hospitales para salvaguardar la de los infectados y ofrecer a través de su noble labor un respiro de esperanza para los que desde nuestro hogar o centro laboral deseamos que esta situación finalice.

¿Cómo es el trabajo de una enfermera durante la pandemia de Covid-19?

Una heroína dentro de esta batalla es Elena Xóchitl Sayam, licenciada en Ciencias de Enfermería, con una especialidad en Cuidados Intensivos y representante en su departamento del Sindicato United Nurses Associations of California/Union of Health Care Professionals (UNAC/UHCP). Ella reside en la hermana ciudad de San Diego, California, en los Estados Unidos de América, trabajando en el Kaiser Permanente de aquella ciudad fronteriza. Elena es parte de una generación de enfermeras que llevarán en su memoria el haber estado al frente en el combate de un enemigo que ha puesto al mundo de la ciencia en jaque desde que se anunció. ‘En enero escuché en las noticias sobre un nuevo virus en China, después escuché que el virus ya estaba en Italia. Con la rutina tan ajetreada que llevo con dos trabajos y en casa con dos hijos pequeños, de tres y seis años, tuve poco tiempo para mantenerme informada de lo que estaba sucediendo y para reflexionar cuándo llegaría el virus a San Diego. En mi hospital todo seguía igual hasta el día 8 de marzo cuando llegué al trabajo y se nos informó que dos de los pacientes podrían tener Covid-19, se les había realizado la prueba y tendríamos que tomar todas las precauciones para evitar contagio. Desde ese día las cosas han cambiado diariamente en el hospital para adaptarnos al rápido aumento de pacientes positivos’, relata Elena vía mail.

Todos recordamos ese momento en el que el primer paciente positivo se confirmó en nuestros respectivos países o localidades, un momento de angustia y temor que tendremos latente en nuestra memoria como un recuerdo de lo frágil que puede ser nuestra vida y libertad. ‘Cuando supe que teníamos el primer paciente infectado con coronavirus en mi hospital, mi primera reacción fue estar alerta, estar bien informada y vigilante de mis acciones para no infectarme y proteger del contagio a mi familia. A medida que han transcurrido las semanas he tenido miedo al observar la escasez de mascarillas N95 y otros equipos de protección en otros hospitales, las noticias de médicos y enfermeras contagiados e, incluso, muriendo’ recuerda.

La también profesora de clínica en la Facultad de Enfermería para el Grossmont Community College confiesa: ‘Cuando llego al trabajo se respira un ambiente de caos y de temor; sin embargo, también se siente el compañerismola solidaridad y la esperanza de que juntos saldremos adelante. A mí cada día me resulta más difícil estar en casa, quisiera estar en el hospital con mis compañeros trabajando, quisiera subir a un avión rumbo a New York para ayudar. Me duele el alma cuando pienso en las decisiones que los médicos y las enfermeras de otros estados y países tienen que tomar en sus largas jornadas estando cortos de personal y desprotegidos. Yo ya no tengo miedo, sé que mi sindicato UNAC/UHCP está abogando por nosotros y trabajando mano a mano con el hospital, ambos hacen todo lo posible por protegernos, sé que cada día sabemos más sobre el coronavirus y ahora tengo un plan para aislarme de mi familia si me llegó a infectar’, finaliza. Sus palabras, así como los pensamientos no expresados de aquellas enfermeras y enfermeros que continúan combatiendo desde los centros médicos este terrible enemigo, hoy hacen eco en un mundo que confía su futuro en el optimismo y el agradecimiento que estos héroes nos inspiran a través de sus actos. ¡Gracias!

Fuente: Vogue México

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