Desde 1992 la Real Academia de la Lengua Española incluyó la palabra procrastinar en su diccionario.
El término procrastinación ha sido muy utilizado desde hace décadas en los hablantes de la lengua inglesa, sin embargo en español no tiene mucho tiempo de uso extendido.
El hecho de que ahora se use tanto esta palabra tiene mucho que ver con los cambios en las dinámicas humanas relacionadas a las distracciones modernas.
Procrastinar es posponer las tareas importantes y caer en pérdidas de tiempo, como por ejemplo, pasar muchos minutos viendo vídeos, escuchando música o husmeando en redes sociales.
La procrastinación genera que hagamos muchas cosas a la vez, sin concentrarnos en lo realmente importante, lo cual nos lleva a perder el tiempo eliminando nuestra productividad y dejando para mañana lo que pudiéramos bien terminar en la jornada de hoy.
En muchas ocasiones, nos quejamos de que trabajamos demasiado porque nos fijamos en las horas que pasamos en el escritorio, sin embargo debemos analizar realmente cuánto de ese tiempo lo perdemos en distracciones y cuántas horas son realmente de productividad laboral.