Fumar
Este hábito tiende a incrementar las posibilidades de desarrollar Alzheimer, además de reducir las capacidades cognitivas. Un reciente estudio de la Universidad de Northumbria señala que este hábito es uno de los principales que ocasiona pérdida de memoria a edad temprana.
Descanso insuficiente
Son numerosas las investigaciones que relacionan la falta de sueño prolongada con la muerte de neuronas y la disminución de algunas partes del cerebro, entre las que se encuentra el hipocampo.
Esta clase de daños producen, a largo plazo, problemas de memoria, y también afectan a la capacidad de concentración.
La monotonía
Los estilos de vida basados en la monotonía hacen que la variedad de formas en las que las neuronas se conectan entre ellas sea más limitada, y esto hace que las menos utilizadas terminen muriendo. Tan simple cómo que las células nerviosas a las que no se les puede sacar provecho, desaparecen.
No desayunar
Después de aproximadamente 8 horas de ayuno, el cerebro necesita energía para llevar a cabo todas sus funciones. Sin embargo, si no se le brinda la adecuada cantidad de proteínas, vitaminas y nutrientes, se genera un evidente daño estructural, lo que implica la muerte de neuronas por falta de energía y sobrecarga de trabajo. Lo mismo sucede cuando saltas comidas y te malpasas.
Estrés
El estrés mata neuronas, e incluso, evita que se formen nuevas en el hipocampo. El estrés agudo sólo permite la supervivencia de nuevas neuronas tan solo por unos días.