Heridas de las hijas que no se sienten queridas por su madre

Te dejamos las huellas o heridas de las hijas que no se sienten queridas por su madre:

1 Se siente poca cosa

Al haber crecido sintiéndose ignoradas o criticadas, crecerán con  ese sentimiento constante  de que no son inteligentes, bellas, amorosas o con muchos talentos. Es fácil ver cómo se achican cuando tienen ideas o proyectos nuevos, pero temen decirlos en voz alta porque sienten que todo mundo lo desaprobará, como lo hacía su madre.

2 Dudan de todos

Son personas que viven en constante miedo de que las relaciones de amistad o de pareja sean un truco planeado para dañarlas. Esto surge de la sensación de que las relaciones son poco confiables porque con su mamá no lo era, entonces su convivencia con los demás estará llenas de altibajos emocionales, incluso obsesión, celos y atracción sexual extrema.

3 Sin límites

Las hijas que no se sienten queridas por su madre suelen tener una gran necesidad de atención de su madre y por lo tanto se vuelven complacientes durante sus relaciones adultas. No saben establecer límites con los otros, para tener relaciones sanas emocionalmente. Muchas no saben decir «no», además de que carecen de amistades con otras mujeres.

4. No se aprecian

Muchas de estas niñas crecieron en un ambiente donde la desaprobación por parte de sus madres, era un escenario constante; por lo tanto es normal que sean mujeres con pocas ganas de crecer, porque reprimen sus logros y siempre creen que son carentes de valor. Honestamente, cuántas no hemos escuchado frases como: «¿eres tonta o qué?», «si lloras te ves fea»; «sacaste 8, pero pudiste sacar 10». Pues por esto mismo, muchas mujeres aún se sorprenden cuando tienen un éxito  o cuando alguien las felicita y se sienten apenadas.

5. A la defensiva

La falta de confianza en sí  mismas, de estas hijas que no se sienten queridas por su madre, muchas veces las pone a la defensiva. Sus relaciones básicas fueron poco afectivas, salieron lastimadas y evitarán (de manera inconsciente) volverse a sentir así. En la superficie parece que sí desean una relación, pero en fondo la evitan, actúan así por lo que su comportamiento termina afectando su situación.

6 Es demasiado sensible

Su estado de ánimo suele ser voluble. En especial son sensibles a los desaires, a las bromas que llegan a confundir con ofensas. Son personas con problemas para controlar sus emociones y tienden a llorar, aparentemente,  de la nada.

7 Atraen una relación igual

La pareja que elegimos como mujeres, no sólo tiene que ver con el tipo de papá que tenemos, también con la mamá que nos crío. Las hijas que no se sienten queridas por su madre suelen ser atraídas por parejas que las tratarán igual a su madre; ya que es una relación conocida y por lo tanto cómoda. Terminan asumiendo el mismo rol  que con sus madres y repiten el patrón con sus hijos.

Fuente: bbmundo

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