¿Cómo lograr enfocarnos en lo relevante? Aquí hay cuatro claves que te pueden ayudar.
1. Eliminar lo innecesario
Lo innecesario es todo aquello que no nos acerca a lo que en verdad queremos ser o hacer. No es nada fácil identificarlo, ya que a veces llegamos a creer que, por ejemplo, estar al tanto de lo que pasa en el celular nos genera bienestar. Si no lo miramos cada cinco minutos, experimentamos desasosiego.
Hay que aplicar un criterio razonable para definir qué es lo que realmente deseamos, en especial, a largo plazo. Para establecer qué es lo que está sobrando, tenemos que adoptar una perspectiva a futuro. Ese cotilleo que me hace pasar un rato divertido, ¿de qué manera incidirá en mi vida a mediano y largo plazo? ¿Ayuda a que yo consiga lo que quiero?
Para poder enfocarnos en lo relevante, necesitamos limpiar un poco la casa, la mente y el corazón. Si hay demasiados objetos, ideas o sentimientos, va a ser muy difícil identificar lo que realmente deseamos y lo que no.
2. Ordenar el pensamiento
Ordenar el pensamiento solo es posible si realizamos un ejercicio constante de autoobservación. En este caso tiene que ver, en primer lugar, con hacernos conscientes de cómo manejamos el tiempo. ¿A qué se lo dedicamos? ¿Por qué? ¿Qué actividades priorizamos?
Después de unos días de observarnos atentamente, podemos preguntarnos si nuestra manera de vivir es coherente con lo que deseamos conseguir o coincide con la clase de vida que queremos construir. Si es coherente y coincide, significa que estamos enfocados en lo que es relevante para nosotros. Si no, significa que no estamos actuando en nuestro propio beneficio.
3. Redescubrir el motor, una clave para enfocarnos en lo relevante
Es relevante todo aquello a lo que le concedemos un enorme valor. Los hijos, la pareja, los proyectos laborales, los viajes, la familia, la creación o lo que sea. Comprender esas realidades que, a nuestro juicio, pueden llevarnos a sentirnos plenos. Normalmente nos dedicamos a lo irrelevante cuando, por alguna razón, no encontramos el camino para conseguir lo que deseamos.
Para enfocarnos en lo relevante, necesitamos redescubrir ese deseo. A veces, solo logramos esto cuando dejamos de sentir miedo. Aunque parezca cosa de locos, los seres humanos podemos tener miedo de desear, porque también tememos no conseguirlo. Por eso inhibimos ese deseo, muy frecuentemente, a través de distracciones triviales.
Redescubrir el deseo activa nuestra motivación. Si no lo hace, quizás estamos confundidos. Podemos creer, por ejemplo, que deseamos cambiar de trabajo, pero en realidad lo que queremos es sentirnos más competentes y valorados. Y esa es la razón por la que no encontramos un nuevo empleo: ese no es el deseo real que nos mueve.
4. Alinear los esfuerzos
Si identificamos qué es lo más relevante para cada uno de nosotros, no hay razón para no alinear nuestros esfuerzos en torno a esto. Cuando hablamos de alinear esfuerzos nos referimos a invertir tiempo, energía, pensamiento y corazón en aquello que realmente nos interesa.
Lo más relevante coincide con lo esencial y, por lo tanto, no se trata de algo que podamos postergar o perder de vista. Cuando alineamos los esfuerzos le damos a aquello un lugar central en nuestro diario vivir, lo cual no significa obsesionarnos con ello o vivir exclusivamente en función de esto.
Si lo que más deseamos es que nuestros hijos estén bien, este deseo se convertirá en una fuente de refuerzo positivo cuando le dedicamos tiempo, empeño y sensibilidad a ese objetivo. Si lo que queremos es alcanzar un propósito laboral o cualquier otra cosa, aplica la misma fórmula.
Enfocarnos en lo relevante equivale a construir una alianza entre nuestro deseo y nuestra voluntad por satisfacer ese deseo. Una tarea que nos es sencilla en un mundo que constantemente nos seduce para que nos detengamos en lo irrelevante y pasajero. Sin embargo, vale la pena porque de eso se trata buena parte de la vida: de conseguir lo que realmente deseamos.
Fuente: La mente es maravillosa