¿Por qué odiar nos daña?

Para llegar a la respuesta de por qué odiar nos daña primero debemos tener clara la existencia de dos realidades: la «realidad externa», es decir, nuestro entorno y la «realidad psíquica» que cada individuo construye dentro de su mente.

La «realidad psíquica» guarda representaciones de la «realidad externa». Esto quiere decir que en nuestra mente formamos una imagen de todo lo que existe fuera de nosotros.

Las representaciones psíquicas son definiciones muy personales, están limitadas por nuestra individualidad, nuestra historia de vida, nuestras experiencias y pensamientos.

¿Qué puedes intentar por tu cuenta para disminuir el odio?

  1. Si aun convives con esa persona que odias, busca la forma de desapegarte primero de la representación real externa, desde no verla hasta limitar el contacto o alguna otra estrategia que a ti te funcione. De este modo podrás lidiar sólo con la representación psíquica, ya no con las dos representaciones. Si tienes que convivir forzosamente con esa persona por trabajo, trata de interactuar lo estrictamente necesario, detecta las situaciones que activan tu odio y no propicies esas situaciones.
  2. Cuando ya no ves a una persona y solamente se trata del conflicto con la representación psíquica, ten en cuenta que es una parte de ti. Todo lo que hay en tu realidad psíquica lo has construido, por lo tanto lo puedes modificar. Esa imagen que evocas ya no tiene ningún control o influencia sobre ti, así que anímate a modificarla como lo desees. Cada vez que aparezca cambia su voz, su forma, su tamaño o intenta algo creativo que no sea destructivo.

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