Imagina que estás en una noche fría de invierno, platicando con tu familia, tomando una taza de café acompañado de una pieza de pan; suena excelente, ¿no?. Sin duda alguna el pan es uno de los alimentos preferidos por todos, ya que hay de toda clase, y por su puesto, para todas las exigencias. Y no solo eso, el pan no es exclusivo del café, sino que existen muchos que pueden prepararse de diferentes maneras, rellenarlos con otros ingredientes y lograr así, un aperitivo exquisito.
Aunque hay panes mucho más populares que otro, uno que destaca es el croissant o cruasán hablando de una forma más “española”; su excelente sabor, aroma y textura lo hacen ser uno de los favoritos del público.
Cada 30 de enero, se celebra el Día Internacional del Croissant, una fecha cuyo objetivo es presentar una pieza que pueda comerse a cualquier hora del día. A pesar de ser conocido y encontrarse en casi cualquier panadería, su origen y forma llaman la atención; ¿sabías que no es de origen francés?.
Origen austriaco
Por increíble que parezca, el Croissant no es de Francia, sino de Viena, capital de Austria. Se comenta mucho sobre su origen pero la que parece la historia más aceptada es que este pan surge como uno de los actos festivos cuando la ciudad de Viena, se salvó de la invasión otomana a finales del siglo XVII.
En 1683, los soldados otomanos al mando del gran visir Kara Mustafá después de conquistar la mayoría de las regiones a orillas del Danubio, sitian Viena, que, después de Constantinopla, habría sido la primera conquista importante de Europa.
Después de varios intentos de asalto poco exitosos, los turcos decidieron atacar Viena por sorpresa con una nueva estrategia. Pensaron en socavar el terreno y así evitar las murallas pero actuando solo de noche.
Los panaderos, que trabajaban a esas horas, se dieron cuenta de la amenaza por los continuos ruidos y dieron la alarma de tal manera que al final fueron los defensores los que tomaron por sorpresa a las tropas musulmanas obligándoles a retroceder. Después las tropas austriacas del emperador Leopoldo I, bajo el mando del rey de Polonia Juan III Sobieski, terminaron de expulsar del país al ejército enemigo.
¿Por qué tiene forma de media luna?
Se dice que el emperador decidió condecorar a los panaderos vieneses por la valiosa ayuda ofrecida. Estos, como agradecimiento, elaboraron dos panes: uno con el nombre de “emperador” y otro “Halbmond”, en alemán “media luna”, antepasado del actual cruasán, como mofa a la media luna de la bandera otomana.
A pesar de este origen, la palabra “croissant” define por primera vez una pieza de panadería en el diccionario francés Littré en 1863.
No queda más que disfrutar de las delicias que nos ofrece la comida y en específico el pan de todo el mundo. Debemos disfrutar lo que nos encanta, en cada uno de los bocados.
Fuente: El Confidencial: “Alma, Corazón y Vida.”
Redacción: Jair Méndez