Mauricio Hernández Molina
Hospital Ángeles, consultorio 600.
Estudios recientes sobre la relación entre la falta de sueño y el aumento del apetito concluyen que dormir mal aumenta la voracidad y el sobrepeso. El fenómeno se explica por un descenso de los niveles de leptina en paralelo a un aumento de los niveles de grelina y de otras hormonas como el cortisol. Para el epidemiólogo James Gangwisch, de la Universidad estadounidense de Columbia, este sistema de regulación podría haberse desarrollado como “una estrategia para que los seres humanos almacenasen grasa durante el verano, cuando las noches son más cortas y la comida mas abundante, y preparar así el cuerpo para los meses de invierno”. En consecuencia, al reducir las horas de sueño el organismo interpretaría que es hora de comenzar a almacenar grasa.
Más llamativa es la propuesta de la Universidad de Yale (EE UU) de incorporar un tercer elemento a la pareja sueño-hambre: el estrés. La base cerebral de esta relación se situaría en las neuronas sintetizadoras de orexina del hipotálamo, que al sobreestimularse por el estrés mental o ambiental del día a día pueden provocar insomnio y aumento del apetito.
Las marcas no sólo venden productos, también venden escenarios alrededor de los productos. Un escenario construye credibilidad y valor, cuenta una historia y tiene el poder de hacer memorable una marca o una experiencia.
Innovar es agregar valor, y podemos innovar transformando los escenarios alrededor de los productos o servicios para agregarle valor al cliente y a tu marca.
El famoso Neurocirujano Paul D. Mclean afirmó en 1952 que en realidad en la cabeza del ser humano coexisten tres sistemas neurológicos, a los que bautizó como el Cerebro Cortex (el procesador cognitivo), el Cerebro Límbico (el procesador emocional) y el Cerebro Reptílico (el procesador instintivo) y cada uno actúa motivado por significados distintos que perciben e interpretan de los escenarios de los productos o servicios. Por ende, cuando diseñes el escenario ideal para tu marca, ten el mente el posicionamiento que quieres lograr, los elementos perceptibles que van a emplear y que diferentes grupos de estos conquisten los tres cerebros de tu consumidor, de lo contrario uno de ellos se opondrán y saboteará la compra.
El café es un excelente aromatizante. Si frotamos nuestras manos, eliminaremos células muertas, y si lo usamos para limpiar las superficies del refrigerador, estas quedarán relucientes. Sirven también para desengrasar ollas y, mezclado con agua muy caliente, ayuda a mantener destapado el fregadero.
En el aseo de esas áreas del baño en las que debemos esmerarnos es de suma utilidad, pues también sirve para limpiar prendas y zapatos.
Jarrones, recipientes para lápices o macetas decorativas tienen su punto de origen en esas latas acumuladas o listas para botar.