Dependiendo del tipo de “enemigo” que sea, hay que tomar una solución u otra.
El agresivo: Este tipo de enemigo se caracteriza por demostrar su rabia con ataques directos en público: gritos, insultos y escenas donde todo el mundo se entere del problema. En este caso, lo mejor es mantener la calma y responder con respeto y dignidad, de modo que sus superiores y demás compañeros noten que el comportamiento agresivo de tu colega, es desmedido.
El que busca aliados: Este tipo de enemigo se caracteriza por agruparse con otros compañeros para atacarte. Casi siempre resulta posible deshacerse de ellos utilizando a los que son como mediadores entre uno y el verdadero agresor.
El machista: Lo mejor en este tipo de casos es denunciar.
El envidioso o frustrado: En este caso, se recomienda tener mínimo contacto con este individuo y cuidar bien pertenencias personales, trabajos, mensajes, información, claves e inclusive ideas propias.