Estas son algunas de las propuestas para ser más flexible:
- Escuchar, poner atención e interés genuino en lo que sucede a nuestro alrededor y en lo que los demás nos cuentan.
- Saber que más allá de nuestro punto de vista, existen otros muchos muy diferentes, que no significa que sean erróneos y que incluso pueden llegar a ser complementarios con el nuestro. Es importante cultivar la tolerancia y el respeto por los que no piensan como uno mismo.
- Ser conscientes de si las actividades que nos ocupan la mayor parte del día las realizamos para cumplir expectativas ajenas o si realmente deseamos y queremos hacerlas.
- Aceptar los cambios, las sorpresas y la improvisación, lo que no necesariamente significa que nos guste todo lo que acontece. Seguramente nos sorprenderíamos ante la cantidad de veces en las que podríamos realizar algo que ni siquiera imaginábamos o de lo que no nos creíamos capaces.