1. Buscar las zonas de riesgo
Si tus hijos van a comenzar a ir solos al colegio lo mejor que podemos hacer es un recorrido identificando los posibles riesgos. Se pueden remarcar las señales de tráfico, los pasos seguros. Las salidas de los centros suelen ser peligrosas porque hay mucho tráfico, coches aparcados en doble fila y no suele haber policía. Es importante que se fijen en todo esto debido al peligro de atropello que existe. Tienen que conocer todos los puntos que pueden suponer un riesgo para seguridad y asumir la responsabilidad de prestarles atención.
2. Apoyarse en la tecnología
En los primeros días una buena idea es instalar en el móvil de nuestros hijos una app de localización. Esta nos irá marcando en un mapa los puntos por los que van pasando y nos avisará con una notificación cuando lleguen a su destino. Incluso algunas nos pueden indicar si se alejan de la ruta convenida. Hasta que estos no cumplen 18 años, la responsabilidad de lo que les pueda ocurrir en la calle es de los padres una vez que los menores salen por la puerta de la escuela.
3. Indicarles que no deben pararse con desconocidos
Es muy importante que nuestros hijos sean conscientes de que no deben detenerse a hablar con extraños. Y por supuesto, nunca deben subirse a ningún vehículo durante el trayecto ni hacer caso a propuestas de desconocidos, aunque les llamen por su nombre. Los secuestradores no se llevan a los niños con violencia, sino con engaños.
4. Darles instrucciones para casos de emergencia
Nuestros hijos tienen que saber que ante cualquier peligro siempre pueden pedir ayuda a la policía. Es recomendable que se sepan su número de teléfono o el de emergencias y enseñarles el acceso directo desde el móvil.
5. Mostrarles confianza por nuestra parte
Si nuestros hijos sienten que tenemos miedo por el hecho de que vayan al colegio solos, estos no harán el trayecto con seguridad. Tenemos que darles la confianza suficiente para que vayan adquiriendo poco a poco autonomía e independencia. Acudir caminando a la escuela sin la compañía de un adulto es un paso fundamental en su madurez que deben realizar con tranquilidad hasta que se convierta en una actividad habitual, sin bajar la guardia nunca.
FUENTE: Saposyprincesas