En las últimas horas se ha popularizado en diversas redes sociales la etiqueta #DeleteFacebook. Se trata de la más reciente campaña en contra de la empresa de Mark Zuckerberg debido a los problemas que ha tenido con el gobierno y medios de comunicación australianos.
Las confrontaciones entre este país y la red social surgieron por una nueva legislación aprobada por el congreso australiano. En esta, se obliga a las empresas digitales a pagarle a los medios de comunicación por el uso compartido de sus noticias. Google, por ejemplo, acordó cerrar ciertos acuerdos con distintos medios australianos, con la intención de mantener buenas relaciones y no ser vetados del país.
Sin embargo, Facebook no decidió acatar las exigencias gubernamentales, alegando que esta decisión era perjudicial para todos, y que mal interpretaba el uso que la plataforma le daba al contenido compartido de terceros.
Al no poder llegar a un acuerdo, la red social decidió bloquear todo el contenido de noticias, tanto de medios australianos como internacionales en este país.
Desafortunadamente, hubo daños colaterales, ya que paginas oficiales del gobierno australiano y servicios de emergencia, también fueron afectados, limitando su capacidad de respuesta ante la necesidad de los habitantes.
Debido a estas acciones realizadas por la empresa de Zuckerberg, múltiples usuarios comenzaron a manifestarse en otras redes como Twitter, haciendo eco de la noticia y pidiendo que más personas eliminen sus cuentas de Facebook, así como las de otras redes pertenecientes a la misma empresa, como Instagram o WhatsApp.
La popularidad de este movimiento pronto llegó a otros lugares y revivió la discusión sobre el poder que han acumulado las redes sociales y las regulaciones que deberían implementarse en ellas.