Te decimos cómo empezar tu mañana muy motivada.
TRATA DE QUE LO ÚLTIMO QUE HAGAS EN EL TRABAJO, SEA PARA ALIGERAR EL DÍA SIGUIENTE
Típico que para terminar tu día laboral, dejas los pendientes más pesados para la mañana siguiente… bueno, eso sólo hará el efecto contrario a lo que deseamos, y lo primero en lo que pensarás en la mañana será en ese eterno pendiente que no deja tu mente en paz. El truco es organizar tu día de tal manera que no empieces con los deberes más estresantes. Empieza con actividades relajadas que te hagan calentar motores, y para el mediodía es cuando puedes llevar a cabo las tareas más pesadas.
SI VAS A DORMIR FELIZ, DESPIERTAS FELIZ
Así como tienes una rutina de belleza antes de dormir, también sería bueno tener una rutina de salud mental para antes de dormir. Piensa en ponerte un poco de aceite esencial entre tus manos, olerlo profundamente y hacer al menos unos cinco minutos de meditación (te juramos que cinco minutos son suficientes). Puedes tener un cuaderno en tu buró para anotar las cosas por las que estás agradecida y quizás un diario para desahogar esas cosas que tu mente no deja de darle vueltas. Entre más desahogada vayas a dormir… pues sí, despertarás feliz. ¡Tu mente necesita un descanso! En este caso NO se vale anotar cosas laborales. Todo tiene que venir de tu corazón.
POR CIERTO, ¡NO DESPIERTES CON SONIDOS VIOLENTOS!
Típico que como alarma pones algo punzante a los oídos, o casi que poner la alarma sísmica para despertar rápido. ¡No! Esto no ayuda en nada a tu mente, a tu cuerpo, y de hecho hará que se te dispare la adrenalina por el estrés. Y no mejora nada si tu alarma suena en la etapa de sueño más profundo. Te recomendamos un sonido tranquilo, y que incluso vaya aumentando lentamente. Una alarma te debe ir preparando para despertar, no hacer que corras llorando.
HAZ UNA MEDITACIÓN PEQUEÑA AL DESPERTAR
Si bien lo hiciste en la noche, practicar otros cinco minutos de meditación al despertar también puede ser una grandiosa manera de inspirarte a vivir en el aquí y el ahora. Simplemente cierra los ojos, visualiza la manera en que quieres empezar el día, y no está demás decirte algunas palabras de aliento para ti. ¡Sé tu mejor porrista!
Fuente: Glamour México