El estar rodeado de naturaleza ¿Hace trabajar más el cerebro? Un estudio lo comprueba

El ritmo vertiginoso de la vida en las ciudades densamente pobladas no se detiene. Por el contrario, parece acelerar su paso todos los días, incluso a pesar de las restricciones que impuso la crisis sanitaria por COVID-19.Por ello, hemos pasado por alto los beneficios que trae consigo pasar, al menos, dos horas a la semana en contacto con la naturaleza.

Parece ser que el cerebro humano es el primero que agradece esta interacción, alejada del smog, la contaminación lumínica y el estrés de demasiados coches, demasiada gente, demasiado de todo. Esto es lo que sabemos.

Un estudio realizado hace un par de años por Wildrock, un centro de juegos y descubrimiento de la naturaleza en Virginia, reveló que el cerebro de los niños se desarrolla mejor cuando ellos crecen rodeados de la naturaleza. Específicamente, en entornos rodeados por árboles. Parece que lasneuronas imitan el crecimiento de las raíces y las ramas, que se expanden sobre sus cabezas.

“Es algo que la mayoría de los padres saben intuitivamente. Cuando los niños tienen la oportunidad de jugar libremente en la naturaleza, son más felices, se comportan mejor y están más conectados socialmente “, explica a Healthline Carolyn Schuyler, fundadora del centro

Los mismos beneficios, sin embargo, se habían pasado por alto en personas adultas. En respuesta al trabajo de investigación realizado en Estados Unidos, un equipo de científicos británicos aplicó el mismo criterio en un estudio llevado a cabo por Office of Disease Prevention and Health Promotion. El impacto a nivel mental y físico fue inmediato.

120 minutos en la naturaleza son suficientes para el cerebro

El esfuerzo de investigación consideró a una muestra de 19 mil personas, residentes en ciudades muy pobladas del Reino Unido. Después de analizar su comportamiento y estado de bienestar general durante una semana, los científicos se percataron de que pasar al menos 120 minutos en la naturaleza propulsa la actividad del cerebro en adultos.

Los beneficios neuronales, sin embargo, no fueron los únicos que se reportaron con tan sólo una semana de actividad en la naturaleza. Además de estimular la actividad del sistema nervioso, las personas describieron una mejoría notable en su estado de ánimo.

Incluso en personas con trabajos demandantes, que les generan grandes cantidades de estrés, las consecuencias positivas se manifestaron inmediatamente. Al cambiar de escenario y obligarse a realizar actividades físicas, las personas tenían un espacio para pensar en algo más, e interactuar con un entorno diferente al de la oficina o las 4 paredes de sus departamentos.

Barrios más verdes

Dados los beneficios cardiovasculares que se apreciaron en ambos esfuerzos de investigación, los autores recomiendan hacer un espacio en la semana para tomar un respiro en la naturaleza. Sin embargo, reconocen que no siempre es posible ir a la playa o a un área boscosa. Por ello, insisten en la importancia de favorecer las áreas verdes en los entornos urbanos, generalmente dominados por el concreto y el smog.

Para quienes no pueden abandonar su lugar de trabajo, los autores hacen hincapié en tomar caminatas dos veces a la semana en un parque local, o en un área verde cercana al lugar de trabajo. Parece ser que las personas que sí lo han llevado a cabo propulsan su creatividad, se sienten menos estancados, y tienen mejor actividad neuronal en general.

A pesar de ello, los autores hacen una acotación importante:

“Estos beneficios solo se muestran si dejas tu teléfono inteligente y le prestas a la naturaleza toda tu atención“, escriben en el estudio.

Por ello, se recomienda dejar el teléfono en ese espacio de cuidado personal. No hay nada que no pueda esperar una hora, aunque la vorágine de las redes sociales apunte en otra dirección.

Fuente: Muy Interesante

 

 

 

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