Una mujer fue detenida la semana pasada en Pensilvania por acosar a las compañeras de su hija con fotos y vídeos manipulados donde salían desnudas, bebiendo y fumando.
Según informa el Philadelphia Inquirer, Raffaela Spone, una mujer de 50 años residente en el condado de Bucks, Pensilvania, envío fotos manipuladas a los entrenadores y compañeras del equipo de animadoras de su hija con el propósito de forzarlas a dejar el equipo.
De acuerdo con el informe de su detención, Spone creó el año pasado una serie de imágenes manipuladas de al menos tres integrantes del Victory Vipers, el equipo de animadoras al que también pertenecía su hija. Además de las imágenes, el fiscal del condado afirma que también envió mensajes anónimos a las chicas instándolas a que se quitaran la vida.
Spone, fue detenida y acusada de ciberacoso a menores y otros delitos relacionados. Ahora se encuentra en libertad en espera de la audiencia preliminar que tendrá lugar el día 30 de Marzo. No hay constancia de que la hija de Spone, de la que solo se sabe que tiene edad de ir al instituto, tuviera conocimiento de las actividades de su madre.
La investigación, según apunta el informe policial, se inició en el mes de julio cuando el padre de una de las víctimas denunció unos mensajes que provenían de un número oculto. Tanto la niña como los entrenadores del equipo recibieron imágenes en las que aparecía desnuda, bebiendo y fumando de un vapeador. Más tarde, los agentes descubrieron que otras dos familias estaban recibiendo el mismo tipo de mensajes de un teléfono oculto. Las otras víctimas también recibieron fotos en las que aparentemente se las veía en bikini y con un texto que decía “bebiendo en la playa”. Información que de ser cierta podría haber supuesto su expulsión del equipo.
Tras el análisis de las imágenes, los agentes vieron que se trataban de fotos manipuladas con la tecnología de inteligencia artificial ‘Deepfake’. Spone, presuntamente, habría obtenido las fotos de las niñas de sus redes sociales y habría empleado sus rostros para insertarlos en otras imágenes.
El rastro de los números de teléfono llevó a la policía hasta una web especializada en números para teleoperadores y de ahí sacaron la IP que les llevó hasta casa de Spone. Según el informe policial, el teléfono de la acusada mostraba evidencias que la relacionaban con los números ocultos desde donde se enviaron los mensajes.
Uno de los padres de las víctimas, George Ratel, ha asegurado en declaraciones a el Philadelphia Inquirer que su hija y la de acusada eran amigas. Y que el acoso comenzó cuando la mujer de Ratel le dijo a su hija que no se juntara más con ella.