Body shaming es un concepto que, traducido al español, podríamos definir como “vergüenza de nuestro cuerpo”. Se trata de una conducta que reside en criticar e incluso burlarse de los defectos físicos de las personas ajenas, con comentarios críticos que pueden herir a quien los percibe. Y también de avergonzarse del propio cuerpo. Si a menudo te dices “me avergüenzo de mi cuerpo” o te sientes así por las opiniones desagradables que recibes sobre tu aspecto físico, estás construyendo una imagen negativa de ti mismo que poco te va a ayudar a quererte y aceptarte.
Es por eso que te aconsejo:
Tener presente una meta de lograr un cuerpo perfecto es una utopía y si nos fijamos una expectativa irreal, lo más probable es que vivamos en una frustración constante y acabemos teniendo serios problemas emocionales.
En cambio, si aceptamos que todas las personas tenemos nuestros defectos y nuestras virtudes, tanto físicas como psíquicas, conseguimos estar en paz con nosotros mismos.
La aceptación de cualquier condición física nos permite no rechazarnos, si no querernos tal y como somos y por consiguiente, tratarnos y sentirnos bien para así ofrecer una buena versión de nosotros al resto de personas que nos rodean.