¿Es importante esterilizar todo lo que mi pequeño utiliza? ¿Cada cuánto tiempo hay que hacerlo? ¿Cómo se esteriliza un chupete? ¿Lo estoy haciendo bien si al limpiarlo solo utilizo agua y jabón? Estas son solo algunas de las preguntas que se formulan muchos padres y madres (principalmente, los primerizos) con respecto a las necesidades de su pequeño en lo que se refiere a la eliminación de las bacterias y defensa del bebé.
Sin embargo, a pesar de las muchas cuestiones que se puedan formular los adultos con respecto a los recién nacidos, muchos pediatras aconsejan tomarse este aspecto con calma y tener cautela en el momento de limpiar a fondo todos los utensilios que utilizan los bebés, ya que acaban llevándoselos a la boca la mayoría de las veces.
Para empezar, conviene definir qué es exactamente la esterilización. Se trata de la eliminación o muerte de todos los microorganismos que contiene un objeto o una sustancia de manera que dicho objeto no pueda contaminarse de nuevo. En el caso de los niños recién nacidos, es de suma importancia que tanto los biberones, los chupetes, las tetinas u otros objetos con los que haya estado en contacto pasen por un proceso de esterilización que impida a los gérmenes acceder al cuerpo del bebé.
¿Cómo debería esterilizar el biberon de mi bebé?
Es interesante que sepas cuáles son los diferentes metodos de esterilización de manera que puedas probar cada uno para determinar cuál es el que más te conviene o la que más fácil te resulte.
1. Hervir los chupetes y los biberones en una olla. Este sin duda es el método más utilizado. Para llevar a cabo uno de los métodos más populares de esta lista, debes colocar todos los objetos del niño (tetinas y accesorios para comer incluidos) en un cazo cubierto de agua. Déjalo hervir durante 10 minutos, aproximadamente y, después, escúrrelos. Es fundamental que cuando se hayan secado, los tapes y los guardes para que mantengan la limpieza que necesitan en su próxima utilización.
2. Esterilizar en el lavavajillas. Otro de los métodos de higiene que más eligen los adultos para eliminar gérmenes de las piezas de los bebés. Es el más sencillo, puesto que solo debes colocar estos objetos en el lavavajillas y poner un ciclo completo a 65 ºC. En este caso, debes tener en cuenta que la tetina de caucho se debe limpiar aparte.
3. Con agua fría. Para ello, puedes utilizar un recipiente grande o una olla en la que debes introducir las piezas que vaya a usar tu bebé y llenarlo de agua hasta que las cubra por completo. Después, añade una sustancia desinfectante (puede ser líquido o en pastilla) y dejar actuar dicha sustancia entre media hora y una hora y media.
De todos modos, siempre puedes probar con los esterilizadores de microondas, que eliminan todos los microorganismos utilizando el calor del vapor generado por el calor de este electrodoméstico. Son aparatos compactos que puedes adquirir por precios bajos y puedes guardar en cualquier sitio. Lo único que debes tener en cuenta es que si necesitas esterilizar algún objeto metálico, no lo puedes incluir en estos esterilizadores.
Ademas, también los hay eléctricos, que tardan muy poco en cumplir con sus funciones de limpieza a fondo y se caracterizan por su sencilla utilización (las instrucciones de uso no dan lugar a dudas), ademas de que en su interior puedes incluir varios biberones para esterilizarlos a la vez. La diferencia es que, como son mas grandes, su precio aumenta considerablemente con respecto a los esterilizadores de microondas. En cualquier caso, independientemente del esterilizador que escojas, obtendrás resultado satisfactorios.
Limpiar bien es tan importante como esterilizar
Aunque muchos padres y madres tienen una preocupación lógica por la esterilización a la que deben someterse las diferentes piezas que utilicen sus bebés, incluidos los sacaleches, no deben pasar por alto una correcta limpieza de estos objetos, que es tan importante como cualquier método esterilizador que elijan utilizar.
Es fundamental que los adultos mantengamos una buena higiene de manos antes de manipular cualquier objeto de los bebés, de preparar la leche o el biberón. Para ello, es imprescindible que nos humedezcamos las manos y nos frotemos tanto el reverso, como las palmas, las uñas y entre los dedos con abundante agua y jabón.
Igual de importante es tener las manos limpias cuando limpiemos los biberones, los chupetes y las tetinas, así como cuando esterilicemos por primera vez estos objetos. Ya lo hemos dicho, agua y jabón es el metodo más eficaz para acabar con cualquier rastro de gérmenes. En el caso de que toques los complementos del bebé con las manos sucias, te expones a infectarlos de nuevo y la esterilización previa no habrá servido de nada.
Al igual que es necesaria una higiene completa para tocar estos objetos, también es necesario limpiar a fondo la superficie en la que vamos a preparar el biberón, al igual que los armarios donde conservamos los chupetes y demas objetos del niño. Por otra parte, una vez haya comido nuestro bebé durante el periodo de lactancia, es necesario lavar con agua y jabón los biberones para que su conservación sea óptima.
No es necesario que los esterilices de nuevo la próxima vez que vayas a usarlo (lógicamente, si pasa una semana sí, pero nos referimos a la siguiente toma), pero debes evitar en todo caso que se quede suciedad incrustada para mantener sano al bebé. Por ello, puedes utilizar un cepillo para llegar al fondo del biberón y aplicar bien el jabón, así como en el cuello y en la rosca del biberón.
En cuanto a la tetina, debes prestar mucha atención para que su orificio no se obstruya por la acumulacion de agua, jabón y suciedad. Una vez hayas lavado a conciencia todas las piezas, déjalas secar sobre una superficie limpia, sin frotarlas.
No te obsesiones con la esterilización
Si bien es cierto que antaño médicos y pediatras aconsejaban a los padres la esterilización de chupetes, tetinas y biberones que pasaran por las manos de los bebés, con el tiempo se han dado mejores condiciones de limpieza e higiene en las casas de casi todo el mundo, por ello muchos de ellos ya no consideran necesario obsesionarse con este proceso.
De este modo, aunque cada uno es libre de hacer lo que considera y utilizar diferentes esterilizadores en sus casas, se recomienda que a partir después de los cuatro meses de edad se deje de esterilizar con tanta frecuencia los objetos de los niños para que éstos acostumbren a su cuerpo a defenderse por sí solo de los gérmenes o de cualquier tipo de bacteria a los que antes no podrían haber hecho frente debido a su inmadurez.
En todo caso, siempre deberá esterilizar tanto el biberón, como la tetina o el chupete antes de su primera utilización, esto es, recién comprado. Una vez se haya utilizado no significa que no pase de nuevo por un proceso esterilizador, ya que conviene que se repita esta limpieza a fondo cada semana o cada 15 días, aproximadamente.