Una de la metas más comunes al inicio de año es hacer ejercicio. Y aunque es una tarea difícil, algo que sí facilita el proceso es adquirir hábitos pequeños para motivarte a hacer ejercicio.
Prepara todo con anticipación
Si te gusta hacer ejercicio en estudios o gimnasios, prepara tu outfit, bolsa, botella de agua, audífonos y todo lo demás que puedas necesitar.
Si prefieres hacer ejercicio en casa, prepara tu equipo y cualquier otra cosa que uses durante tus rutinas.
Al dejar todo listo desde la noche anterior, o un tiempo previo a tu horario de entrenamiento, te ahorrarás bastantes minutos que puedes invertir en tu rutina y evitarás que te gane la flojera.
Planea tu rutina de ejercicio
Ya sea que vayas al gimnasio o que te ejercites en casa, vale más hacer una rutina corta y efectiva que perder veinte minutos dando vueltas pensando en qué vas a hacer.
Siempre será mejor tener un plan de entrenamiento que te ayude a ser objetivo y puntual en tu rutina de ejercicio.
Empieza poco a poco
Si te cuesta hacer ejercicio, no te estreses, no tienes que empezar haciendo 90 minutos a las 5 de la mañana. Empieza con cinco o diez minutos del ejercicio que más te guste hacer y conforme te vayas adaptando y vayas construyendo el hábito, aumenta la duración de tus entrenamientos.
Cada minuto cuenta y esta es la mejor forma de asegurarte de que estás creando un hábito duradero y de que no vas a tirar toalla en tres días.
Evita agotarte. Bájale a la intensidad
Es normal que algunos días tengas más energía que otros, y por esa razón no deberías exigir a tu cuerpo más de lo necesario.
Para esos días en los que lo único que quieres es descansar, opta por hacer algo de baja intensidad como yoga, pilates o salir a caminar. Al final del día lo importante es que te sigas moviendo.
Celebra tus logros
Una rutina, sea larga e intensa o corta y sencilla, es un logro más, un paso que te acerca a lo que quieres lograr. Así que es importante celebrarlo.
Por ejemplo, podrías desayunar o comer algo que te guste (idealmente que contenga proteínas y grasas saludables), tomarte tu smoothie favorito, darte un largo baño o lo que sea que te haga feliz.
Recuerda cómo te sientes
Probablemente antes y durante tu rutina de ejercicio pienses que es particularmente difícil y cansado continuar, pero una vez que terminas por el día sientes una gran satisfacción por haber cumplido con tu meta.
Así que siempre que te sientas desanimado para continuar ejercitándote, recuerda esa satisfacción y úsala como tu motor.
Encuentra lo que te gusta hacer
¿Sabías que existen más ejercicios aeróbicos que las sentadillas y abdominales?
Quizá aun no conoces todas tus opciones y por eso no has encontrado algo que te guste. Pero con un poco de investigación en línea podrías buscar la mejor opción para ti porque hay mil y un formas de integrar movimiento a nuestras vidas, incluyendo clases en línea, presenciales o incluso entrenamientos a través de aplicaciones.
Consigue a un compañero de ejercicio
Tener un amigo con quien puedas entrenar o simplemente platicar sobre tu proceso hace toda la diferencia.
Por ejemplo, si quedas con tu amigo para salir a correr a las 5 a.m., te sentirás más comprometido y con responsabilidad de levantarte y no dejar a tu amigo plantado.
Además es importante contar con alguien que entienda tu proceso, te anime a seguir y te acompañe en los momentos difíciles.
Aprovecha las APPs y la tecnología
Actualmente hay muchas apps que te ayudan a lograr tus metas personales y tener un registro exacto de tus logros.
Por ejemplo, hay apps que cuentan tus pasos y distancias que caminas o corres, algunas otras tienen diseñados planes específicos de fuerza o resistencia, y algunos otros tienen una sección de “logros” donde te va felicitando por cada cosa que cumples.
Ya no hay excusas, ahora puedes cumplir tu meta de ejercitarte constantemente con la ayuda de estos tips. Además, estarás poniendo en práctica la constancia, que hará una gran diferencia no solo en tu salud física sino en otras áreas de tu vida.