Es posible que no te des cuenta, pero hay señales que te dicen que puedes estar sintiendo envidia:
- Minimizas los logros de tu pareja, como si su ascenso no fuera gran cosa.
- Le dices a tus hijos que tú los quieres más para “balancear” el amor y la admiración.
- Te la pasas diciendo cosas como “nunca voy a ser tan bueno como tú” o “no hay manera de que gane lo mismo”.
- Inventas logros que realmente no sucedieron o celebras cosas del día a día como si fueran toda una proeza.
Estos pasos te pue- den ayudar no a enterrar la vergüenza y la culpa, sino a evitarlas.
Llega a la raíz del problema
La clave es reconocer e identificar de dónde vienen estos sentimientos y dejar de compararte con tu pareja. En lugar de enfocarte en lo que no tienes, pon atención en lo que amas de tu pareja y tu relación, pero sobre todo de ti mismo.
Expresa tu gratitud
Todos los días dedica dos minutos a concentrarte en lo que agradeces de tu vida. Se ha demostrado que con solo estos minutitos de gratitud puedes aumentar tu autoestima y mejorar tu salud física y psicológica.
Sé honesto
Exprésale a tu pareja lo que sientes, pero hazlo de forma constructiva para no cometer un “sincericidio”. Dile las cosas que te afectan con tacto y también concéntrate en recalcar lo que amas de tu relación.
Deja de compararte con los demás
Las comparaciones hablan de algo que deseo tener que otra persona posee y yo no. No tiene nada que ver con el otro. Para empezar, hay que revisar si eso que creo que deseo es algo que me hace falta o no. Probablemente ya lo tengas, ¡explótalo!
Fuente: Moi