Te has olvidado de tu bienestar cuando ya no recuerdas casi lo que es disfrutar de verdad de un plan improvisado y sencillo.
La mayor parte de tu tiempo se reduce a la rutina de ir desde el trabajo a casa.
Sueñas con otra vida.
Cuando estás cansado psicológicamente y aún así, no pones una solución inmediata.
Te has olvidado de ti cuando tienes ganas de llorar pero no te lo permites. Como si expresar emociones de tristeza o debilidad fuese un síntoma negativo.
Si sientes que hace tiempo que no piensas en ti, despierta. ¡Reacciona! Comienza a mirar la realidad con ojos nuevos. No se trata de ser egoísta sino de entender que la vida se vivencia a través de la perspectiva del yo en un sano equilibrio con el “nosotros”.