Ya que gracias a un amor propio saludable aprendemos que nuestro valor no depende de los factores del entorno que son cambiantes y temporales sino de la verdad de nuestra propia esencia que es permanente.
El desarrollo de la autoestima que es constante a lo largo de la existencia también es vital para fomentar una autovaloración positiva de uno mismo pero sin caer en la vanidad y la soberbia.
Tanto en el plano personal como en el ámbito profesional, nos sentiremos más preparados para alcanzar los objetivos vitales si tenemos un nivel de amor propio saludable, somos conscientes de nuestros talentos y capacidades. Por ejemplo, en una entrevista de trabajo, puede ser más determinante tener una autoestima alta que tener un currículum perfecto.
Aquellas personas que tienen autoestima alta, poseen una higiene mental positiva, no pierden el tiempo en compararse con los demás. Es nuestro nivel de autoestima el que nos ayuda a defender nuestros derechos, a recordar que somos seres dignos de respeto.
Las relaciones personales también mejoran cuando cada persona se ama a sí misma. El amor propio es clave para establecer lazos de igualdad.